fbpx

¡Ahora lo reconozco: Soy valiente!

Escrito por Aldo Lovera. Senior Coach Ontológico Transpersonal. Visita su Linkedin

“Durante mis 36 años de vida siempre temblé, no pude reconocer mi valentía…”

Si tuviera que decir cuál es la emoción que más me ha acompañado a lo largo mi vida, yo diría que es el miedo. Muchas personas no estarían de acuerdo y dirían que me asocian con otras emociones “más positivas”, pero confieso que durante mis 36 años de vida siempre temblé, no pude reconocer mi valentía, siempre me decía “mejor no”, “no me resultará” e incluso un lapidante “ni lo intentes”.

Desde pequeño siempre anhelé ser valiente, tener ese “superpoder“ de no inmutarme frente al peligro. Veía a otros atreverse sin dudas ni esfuerzo y decía para adentro “¡Qué valiente! Pero yo no soy ese tipo de persona”. Sentía miedo a opinar, a elegir, a equivocarme, y al aparecer… hacer el ridículo o ser juzgado, a defraudar y a no ser aceptado.

“Me atreví a desafiar lo que había aprendido…”

Yo aprendí que la valentía era la ausencia del miedo, tener certeza y seguridad, que algunas personas nacían con esa cualidad. Como yo no la tenía, aprendí que evadiendo, reprimiendo y controlando era posible vivir una vida sin necesidad de exponerme, una vida donde “estaría siempre a salvo”; sin embargo, eso me trajo muchos costos. No fue fácil vivir encajando y en insatisfacción constante.

Gracias a un espacio de coaching, pude realizar una introspección profunda y dar cuenta que lo que me tenía así no era “la vida que me tocó”, sino mi propia interpretación de la valentía.
Me atreví a desafiar lo que había aprendido y me permití resignificar esta palabra, haciéndola accesible para mí y abriendo con ella una puerta hacia una vida de infinitas posibilidades.

“La Valentía es algo inherente al ser humano y totalmente disponible…”

Hoy, entiendo que la Valentía es algo inherente al ser humano y totalmente disponible, es un lugar interno donde puedo avanzar hacia lo que deseo con mi miedo al costado, sin pelear conmigo por sentirlo y acompañarme con compasión con las herramientas y habilidades que tengo.

Puedo reconocer que, durante mi vida, he sido muy valiente: soy valiente cuando comparto con otros lo que pienso y necesito, cuando pongo límites a personas o situaciones, cuando expreso mis sentimientos con vulnerabilidad, cuando sueño despierto, cuando decido seguir mis pasiones, cuando decido empezar de nuevo para elegirme, cuando confío en los demás, cuando aparezco al mundo tal cual soy.

Desde este nuevo lugar, es posible dar mis siguientes pasos con mayor liviandad y confianza, y así seguir trabajando en mi valentía. Solo aprendemos a ser valientes “en la cancha”.

 

Si te gusto este artículo compártelo en tus redes sociales

Lecturas recomendada