Hoy en día las organizaciones saben con bastante certeza el aporte que un coach puede hacer cuando los acompaña. Esta disciplina que vino a hacerse cargo de una insuficiencia en la manera en que aprendemos, cubre aquello que los líderes no tuvieron posibilidad de aprender en su enseñanza tradicional. Se ocupa de todas aquellas habilidades emocionales, corporales e intelectuales que los ejecutivos no manejan e incluso que ni toman en cuenta a la hora de liderar.
“La responsabilidad más importante de cualquiera que intente dirigir lo que sea,
es gestionarse a sí mismo como persona.”
Dee Hook
Hoy en día las organizaciones saben con bastante certeza el aporte que un coach puede hacer cuando los acompaña. Esta disciplina, que vino a hacerse cargo de una insuficiencia en la manera en que aprendemos, cubre aquello que los líderes no tuvieron posibilidad de aprender en su enseñanza tradicional. Se ocupa de todas aquellas habilidades emocionales, corporales e intelectuales que los ejecutivos no manejan e incluso que ni toman en cuenta a la hora de liderar. Como el coach puede ver aquello que es transparente a los ojos de los que están adentro del sistema, su aporte resulta muy valioso y vital a la hora de ayudar a tomar decisiones relevantes dentro de un equipo o a nivel organizacional.
Uno de los aportes más valiosos que un coach puede instalar en una organización tiene que ver con la autonomía organizacional, es decir, con la capacidad de dejar a un sistema o a un líder con los aprendizajes necesarios para que puedan ser ejercitados de manera autónoma y efectiva. Este movimiento permite que nosotros como coaches podamos acompañar y salir, habiendo servido efectivamente. Tal como se establece en los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas de Stephen Covey, la maestría de movernos de la “dependencia” a la “independencia”, para luego llegar al nivel más efectivo: “la interdependencia” es una de las claves de nuestro aporte a la hora de servir o acompañar.
Otro de los aportes más relevantes de nuestro rol tiene que ver con la integralidad, es decir, con la capacidad de acompañar a desarrollar en el ejecutivo habilidades de todo tipo: intelectuales, emocionales, sistémicas, corporales e incluso estratégicas; que permitan la versatilidad necesaria para enfrentar escenarios complejos como los que les tocan liderar hoy en día. Está comprobado que si no desarrollamos habilidades integrales, no estamos preparados para los desafíos de la actualidad. Estadísticas indican que el retorno de la inversión en los programas de coaching de negocios ha llegado a ser en promedio de 6 veces, cuando los ejecutivos y líderes de las compañías aplican en un 100% los beneficios del programa. Manchester Consulting Group realizó un estudio con 100 ejecutivos de compañías clasificadas en el Fortune 1000, en el que descubrió que el retorno de la inversión (ROI) promedio del coaching fue de 570% en estas compañías.
Sin duda, uno de los aspectos fundamentales que un coach necesita enfocar y trabajar en el mundo de las organizaciones, se centra en el liderazgo personal del líder que acompaña. Este foco de trabajo representa el 80% del éxito del resultado positivo que se pueda ver como indicador en una organización. Para poder impactar en un cambio organizacional o en una transformación cultural, el liderazgo personal, es decir, la capacidad que tenga cada líder para gestionar sus propios aprendizajes, es crucial. Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo de John Maxwell revelan las leyes universales del liderazgo. Cómo dice Maxwell: “Síguelas y las personas te seguirán a ti”. Estas leyes permiten detectar las fortalezas y las áreas de oportunidad que necesita un líder, aportando las claves que necesitamos trabajar en nuestro liderazgo personal. Desde el punto de vista del liderazgo personal, el mejor libro de relaciones personales que he leído, “Cómo Ganar Amigos e Influir en las Personas”, de Dale Carnegie, muestra de manera simple cómo podemos aprender las leyes universales del trato personal, las claves de la influencia real y sincera y las bases del liderazgo. Por eso es tan valioso que nosotros como coaches nos detengamos en la forma de liderar que aprendió el ejecutivo que acompañamos, pues desde esa perspectiva podremos mostrarle aquello que necesita aprender, reaprender o desechar de la forma de ser antigua.
TISOC Coaching, la escuela europea de coaching en español, ha hecho público un listado de las que a su juicio son las siete aportaciones más relevantes del coaching al ámbito de la empresa. Según este listado, comunicar de forma efectiva, alinear al equipo con la misión de la empresa, o desarrollar nuestra inteligencia emocional, son algunos de los aspectos que podemos potenciar en nuestra cultura empresarial a través de un proceso de coaching.
Los expertos de TISOC señalan que los procesos de coaching en el entorno empresarial son muy exigentes y a veces no exentos de dificultades. Según Alfredo Diez, director ejecutivo de TISOC: “La formación en coaching es un desafío enorme para organizaciones, directivos, e incluso para los propios formadores. Por un lado, el coach trabaja con una metodología vanguardista y contracultural que no siempre es bienvenida por la empresa; y por otro, al directivo le toca explorar lugares que le pueden provocan dolor o vértigo”.
A pesar de estas dificultades, desde TISOC se insiste en que los beneficios aparejados a este esfuerzo a tres bandas son incuestionables.
- En la experiencia de Asersentido acompañando a empresas a través de sus ejecutivos y líderes, hemos constatado entre los más relevantes aportes del Coach en una organización:
- Logra poner en evidencia la cultura de esa organización, de manera que los líderes puedan decidir si esa forma les sirve o no para los complejos desafíos que normalmente enfrentan.
- Facilita el logro de los objetivos de la empresa, porque puede integrar lo que necesita alcanzar la organización y la brecha del ejecutivo para lograr esa meta.
- Enseña ciertos conceptos y distinciones centrales que permiten cambios de comportamiento en los equipos.
- Forma a los líderes a nivel de gestión de las personas y sus relaciones.
- Impacta de manera positiva en la rentabilidad, dado que sus ejecutivos están más conectados con sus habilidades y más enfocados en lograr un ganar-ganar. Gana la empresa y ganan ellos en su carrera profesional.
- Limita la fuga de talentos, porque permite que el líder esté en constante aprendizaje.
- Motiva de manera radical la creatividad y la ambición por crecer, en todo sentido.
- Mejora la relación con el entorno, proveedores, comunidades y clientes.
- Permite orquestar los conflictos y facilita su resolución.
- Entrega herramientas claves para coordinarse de manera efectiva entre los miembros de un equipo o interáreas.
- Instala una cultura de aprendizaje continuo y un amor por aprender de manera integral y transcendente, porque permite devolver lo humano al mundo organizacional.
Como beneficio adicional, aunque no es el foco de trabajo, en nuestra experiencia hemos comprobado que, debido al trabajo de coaching los ejecutivos terminan teniendo ganancias a nivel personal y familiar.
Esta disciplina llegó para quedarse y nosotros como coaches necesitamos estar en condiciones de escuchar pedidos organizacionales de manera profunda, distinguir las necesidades reales, responder efectivamente, diseñar estrategias sistémicas y entablar una relación con autonomía e interdependencia que nos permita acompañar y co-crear los procesos de aprendizaje necesarios para que tenga lugar la transformación organizacional y el logro de sus objetivos y metas.
Para tener, es necesario primero hacer;
y para hacer es necesario primero ser.
– Stephen Covey