
Coach Ontológico Integral con Especialización Transpersonal.
Ingeniero Civil Industrial
Coach Supervisora Asersentido Internacional
Desde que renuncié a mi trabajo como dependiente e inicié mi camino como Coach, abrí la primera puerta a mi abundancia. Me propuse tomar al menos una semana de vacaciones en el verano para irme a la playa; sin ningún plan, sólo disfrutar del mar y sol que tanto amo.
Suelo tomarme vacaciones y generalmente son para viajar, lo que en la mayoría de los casos no son precisamente para descansar o “desconectarme”.
Por alguna razón, relacionada seguramente a mi sensación de insuficiencia y escasez (formas de ser que aprendí y que también me trajeron varios beneficios, como la exigencia y el esfuerzo), pasaron dos veranos y no me tomé la semana de vacaciones para ir a la playa, me aleje de mi abundancia.
Desde fines del año pasado, anuncié a los cuatro vientos que este verano sí me tomaría por lo menos una semana libre; pensé hacerlo en febrero, mes de mi cumpleaños, y conforme iban pasando los días, la cantidad de cosas por hacer y la lista de pendientes era tan larga que varias veces pensé que no podría tomarlas.
¿Y mi abundancia?
Hoy estoy en esa semana de vacaciones (6 días para ser exacta), y estando cerca a mi cumpleaños, quise hacer un recuento de lo que fue mi último año.
Es algo que hago en Navidad o a fin de año, como ritual de agradecimiento, y quise hacerlo nuevamente. Y ahora entiendo porqué este verano sí me tomé las vacaciones.
Haciendo un repaso de los últimos 365 días, llama mi atención la cantidad de trabajo realizado; las experiencias vividas, y sobre todo, el trabajo personal profundo que me tocó, o más bien me permití realizar el año pasado.
Hago un recuento y no me queda ninguna duda de lo necesario que están siendo estos días, y no solo por la necesidad de descanso físico (que ya desde un buen tiempo tengo incorporado en mi vida), sino también por la necesidad que tenía de conectar conmigo. Más que necesidad era una urgencia. Ya la había sentido antes y creo que por eso no fue tan difícil darme cuenta.
Y mi cuerpo lo sabe, siempre lo sabe. ¡Mi cuerpo tiene una sabiduría alucinante! No encuentro otra palabra y me estremezco completa al escribirlo.
No puedo evitar sentirme triste al ver como muchas veces reniego de mi cuerpo, porque siento que “no me acompaña”. Hoy tengo la certeza de que es la parte más sabia de mi ser.
Dolores (conocidos y nuevos) y problemas para dormir aparecen, y mi primera reacción siempre ha sido renegar de ellos y buscar soluciones afuera.
Hoy lo reconozco y sé qué es lo que mi cuerpo y mi alma necesitan: buscar adentro, siempre adentro.
Ha sido demasiado evidente como el cansancio emocional y físico tuvo su efecto en mi energía. Pero no solo es el cansancio, el costo más alto en los últimos meses fue desconectarme de mi.
Conectar conmigo misma fue algo que había logrado hace algún tiempo y me sentía muy orgullosa y en paz; de pronto, sin darme cuenta, volví a esa vorágine que me aleja de mí misma.
Me encontré otra vez con la energía repartida en muchos espacios, en muchos quehaceres, en muchas personas, en todo menos en aquello que realmente me da paz…mi espacio, mi ser, YO.
Hace unos pocos días me di cuenta de que ya no hablaba de necesitar días de desconexión; sin pensarlo, empecé a hablar de mi necesidad de conectar conmigo…. y eso no es de 6 días, una semana, o un mes, es algo de todos los días. Es mi resolución en este nuevo año de vida.
El hacer la pausa y conectar conmigo me permite dar cuenta de mis pasos, mis aciertos, mis errores, mis avances, mis retrocesos…me permite honrar y reconocer; hacer cuerpo mis aprendizajes y agradecer a los que me rodean, a las experiencias, a la vida…a mí.
Desde mi insuficiencia siempre estaba presente el miedo a fallar, a no “dar la talla, a no ser suficiente”… y esa forma de ser me hacía vivir en la escasez, buscando siempre afuera y haciendo sin parar. Hoy puedo decir que la abundancia es parte de mí; reconozco mis logros, veo y siento mis ganancias, me felicito, me honro, me celebro.
Yo soy abundancia y desde ese lugar me conecto conmigo y con mi certeza de ser y estar completa.
Y tú ¿Qué necesitas hoy para conectar contigo?