Explora la integración de tus inteligencias

 

Para muchas personas, la inteligencia está relacionada únicamente con la capacidad cognitiva o el cociente intelectual. La realidad es que esta concepción es muy limitada, y comúnmente la interpretamos de esa forma porque así nos lo han enseñado desde pequeños.

Sin embargo, con el correr de los años esta idea de inteligencia se ha expandido. Hoy en día, afortunadamente podemos hablar de inteligencias, en plural.

¿Qué estamos entendiendo hoy por “inteligencias”?

Las inteligencias  son diversas formas de sabiduría. Nos ayudan a comprender mejor las situaciones y los acontecimientos que nos rodean.

Nos permiten distinguir, entender, aprehender, usar y gestionar distintos aspectos de nuestro ser. Son herramientas y habilidades que nos enriquecen y nos permiten gestionar mejor nuestra vida.

Como puedes notar, este concepto de inteligencia es mucho más amplio y enriquecido que el que se limita a lo cognitivo. Y por eso mismo es que necesitamos prestarle atención a todas nuestras inteligencias, en vez de usar apenas una sola.

Veamos rápidamente cuáles son las inteligencias a las que me estoy refiriendo:

  • La cognitiva

  • La emocional

  • La corporal

  • La energética

Tal vez traer info de qué entendemos por inteligencia, antes de explicar las inteligencias.

En este artículo separaré las inteligencias únicamente con el objetivo de comprenderlas, pero es importante entender que en realidad funcionan de manera integrada. Cuando una adquiere mayor protagonismo, lo hace solo de forma transitoria, según la situación o contexto. Pero todas las inteligencias se nutren entre sí.

En el liderazgo, por ejemplo, la capacidad de ser estratégicos se nutre de las distintas inteligencias, no solo de la cognitiva. La inteligencia emocional, en este caso, entra en juego para ayudarnos a tener en cuenta cómo decimos lo que decimos, o si es el momento indicado para hacerlo.

En este sentido, ninguna inteligencia es más importante que otra y de ahí que la tarea de quienes quieren trabajar sobre su desarrollo humano integral, es aprender a incorporar todas las inteligencias al servicio de sus vidas.

Es importante aclarar que en el ámbito de las inteligencias hay mucho para aprender —cuáles son sus características, para qué se usan, cómo se incorporan—. Para una comprensión completa de estas inteligencias y cómo se aplican en la vida y el liderazgo, te recomiendo leer mi libro La Energía del Liderazgo.

Mientras tanto, en el resumen que comparto en este artículo, te comparto un pantallazo general para que puedas comenzar a reconocer cómo opera cada una de las inteligencias.

Inteligencia cognitiva

La inteligencia cognitiva se vincula con lo racional, con lo mental. Es aquella que nos permite reflexionar, analizar, tomar decisiones lógicas y comunicarnos mediante el lenguaje.

Es la base de la coordinación de acciones humanas y está vinculada a las funciones del lóbulo frontal y las conexiones neuronales cognitivas.

La inteligencia cognitiva se aprende por instrucción. Esto quiere decir que se puede enseñar e incorporar a través de métodos y procesos específicos.

O sea, si conocemos un método, un proceso o una forma de hacer algo, luego podemos explicarla a otra persona.

Es por esto que la inteligencia cognitiva cobra protagonismo en aspectos técnicos del trabajo porque ordena y grafica con propuestas lógicas. Por ejemplo, cuando queremos asesorar, aconsejar o recomendar, o a la hora de planificar estratégicamente cuestiones presupuestarias, análisis FODA o diseño de organigramas.

De todas las inteligencias, la cognitiva es la que presenta menos complejidad para ser integrada, y sin dudas nos es muy útil y funciona muy bien, siempre y cuando esté integrada con otras inteligencias.

Inteligencia emocional

Esta inteligencia es la que nos predispone a actuar. Es el motor que enciende todo lo que hacemos. Por ejemplo, si experimentamos un exceso de rabia, ese mundo emocional nos predispone a actuar de manera más agresiva.

De esta forma, influye directamente en cómo nos relacionamos con el mundo, y el entendimiento y manejo de esta inteligencia nos capacitan para liderar[1]  nuestras vidas y organizaciones.

Extrañamente, durante mucho tiempo esta inteligencia no fue bien vista. La gente trataba de ponerla a un lado cuando en el ambiente laboral, por ejemplo, donde había que ser más racionales y objetivos.

Felizmente, ahora se reconoce ampliamente la influencia de nuestras emociones en nuestra vida cotidiana y en el liderazgo, y se busca integrarlas en vez de aislarlas. De ahí que necesitamos aprenderlas.

A diferencia de la cognitiva, que se aprende por instrucción, esta inteligencia se adquiere a través de la inmersión, es decir, estar frente al fenómeno emocional que tenemos que aprender.

Ahora bien, tanto las emociones como los estados de ánimo son necesarios. Y no son buenos ni malos, simplemente dan cuenta de algo relevante en nuestras vidas. Por lo tanto, es necesario reconocer qué emociones tenemos disponibles o no, cuáles legitimamos o no, y cómo las emocionamos.

Sin dudas debemos darle a la inteligencia emocional la importancia que merece, ya que nos permite entender desde dónde decimos lo que decimos, o por qué actuamos como actuamos.

Inteligencia corporal

Es la sabiduría que reside en nuestras células y nos permite mover nuestro cuerpo al servicio de nuestros objetivos y aspiraciones.

Cada cuerpo tiene una predisposición única:

  • Quienes se mueven hacia adelante pueden ser personas resolutivas.

  • Las que se mueven hacia atrás, más introvertidas o reflexivas.

  • Las personas que se mueven hacia abajo, son estructuradas y organizadas.

  • Quienes lo hacen hacia arriba son creativos, livianos y afines al cambio.

Esta predisposición que el cuerpo aprendió a tener, normalmente no está tan ejercitada hacia todos los lados. Pero sí podemos entrenarla.

Esta es una de las inteligencias más relevantes. El cuerpo es el que permite que pase todo lo que queremos que pase. Si algo no sucede en el cuerpo, probablemente no haya aprendizaje ni desarrollo integral. De ahí la importancia de integrarla.

Existen dos vías para aprender esta inteligencia, y a menudo ocurren al mismo tiempo.

Esta inteligencia se incorpora a través del modelaje —que consiste en observación y repetición— o a través de la recurrencia, que permite incorporar una habilidad mediante la práctica continua.

La inteligencia corporal es una de las más sinceras y efectivas, ya que se materializa y evidencia en nuestro propio cuerpo.

Inteligencia energética

La inteligencia energética es la sabiduría que reside en el “cuerpo luminoso” o “cuerpo energético”, y nos conecta con información ancestral y trascendente. Es decir, está disponible en un presente eterno. ¿Cómo escuchas eso?

Aunque con frecuencia desconocemos su existencia y potencial, esta inteligencia está a nuestro alcance y se interconecta con nuestro cuerpo físico a través de los chakras o centros de energía.

Somos, sin lugar a dudas, seres energéticos.

Así como existe un cuerpo físico, existe un cuerpo energético, aunque no estemos habituados a percibir con los sentidos tradicionales.

De todas formas, podemos reconocer esta energía cuando entramos a una habitación donde hay un equipo de trabajo, podemos reconocerla cuando llegamos a nuestra casa después y nos reciben nuestros hijos.

A diferencia de otras inteligencias que requieren esfuerzo consciente para su aprendizaje, la inteligencia energética simplemente necesita que facilitemos su flujo esencial, esa vibración única y particular que reside en nuestro cuerpo.

Aprendemos a utilizar la inteligencia energética reconociendo y recordando que poseemos algo propio e inmutable, y cuando eso sucede comenzamos a tener disponible todo lo que queramos y necesitemos ser.

A su vez, la inteligencia energética, a pesar de su abstracción, a pesar de que todavía hay resistencia a legitimarla, se manifiesta a través de conexiones emocionales y un nuevo lenguaje, brindando una fuente valiosa de sabiduría para desarrollar un mejor liderazgo de nuestras vidas y de nuestras organizaciones.

Su influencia en el ámbito organizacional permite, por ejemplo, percibir y gestionar la energía del equipo, lo que resulta esencial para un liderazgo efectivo.

Cuando logramos integrar esta inteligencia, nos completamos. Todo nuestro potencial, como seres energéticos, corporales, emocionales y cognitivos, se re-une en una indivisibilidad que podemos llamar espiritual, sagrada, divina o trascendente.

Esta capacidad de desarrollo integral como seres humanos, nos permite trascender como seres espirituales. Integrar nuestras 4 inteligencias nos permite descubrir lo espiritual en la vida cotidiana.

Lo integral y lo espiritual

Cuando hablo de “lo espiritual”, me refiero a la capacidad de vivir de manera más nítida, con la comprensión de que somos seres racionales, emocionales, corporales y energéticos al mismo tiempo, con el mismo grado de importancia, y que tenemos todas estas sabidurías disponibles, todo el tiempo.

Al lograr esta integración, comenzamos a tener a la mano más habilidades, más competencias y capacidades de aprendizaje.

Cuando logramos esta integración, nos convertimos en seres espirituales teniendo esta experiencia humana.

Al hablar de “ser espiritual viviendo una experiencia humana”, me refiero a alguien que puede liderar sus experiencias de vida, contemplando todo lo que es: su familia, su trabajo, su pareja, sus amigos, sus emociones, su cuerpo, su energía, sus pensamientos. Todo al mismo tiempo.

La integración de las cuatro inteligencias nos permite vivir como seres espirituales, manteniendo la experiencia humana que siempre ha formado parte de nosotros.

Cuando integramos nuestras inteligencias y las desplegamos en todo su esplendor, con total plenitud y vitalidad, despertamos nuestro potencial en beneficio de nuestros propósitos, para diseñar la vida que queremos.

Y por más complejo que suene este despertar, desde Asersentido proponemos una experiencia cercana, diseñada a tu medida, que te permite hacer este camino. Nuestro método de aprendizaje integral está pensando precisamente para que puedas aprender estas inteligencias.

Y ya sabes. También puedes profundizar sobre estos conceptos en mi libro A tu manera, que te acompañará a identificar y desafiar tus creencias limitantes, o en La energía del liderazgo, donde podrás profundizar al detalle sobre el modelo de desarrollo humano integral, y sobre los tipos de liderazgo que puedes desarrollar cuando comienzas, precisamente, a reconocer la energía como una inteligencia más.

 
Minerva Gebran

Directora Ejecutiva de Asersentido. Máster Coach Ontológico y consultora organizacional.

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